Bien podíamos comenzar nuestra "investigación" por nuestra cuenta, o acompañado de algún cómplice en dicha operación. Incluso, en ocasiones, podíamos llegar a contratar a un investigador privado para que desempeñase nuestra tarea. Actualmente, ésto es casi innecesario.
Con la gran propagación de las actuales redes sociales, podemos conocer detalles íntimos de casi todas las personas que queramos, ya que probablemente sean miembros de una gran red social.
En el vídeo donde las personas creen que el adivino conoce todo sobre su vida es un gran ejemplo de éste hecho. Comentándolo se ve cómo ciertas personas, sin ser avisadas del engaño y esperando a un adivino, confían en sus poderes de clarividencia ciegamente, sin sospechar en ningún momento que ninguno de los datos facilitados por el "adivino" habían sido publicados mediante su identidad digital en la red, expuesta a todo usuario perteneciente a la misma.
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