Sin embargo, su última propuesta es aún más atrevida. En un momento en el que lo único que se da a conocer de los políticos son sus malversaciones y los casos de corrupción en los que se ven envueltos, buscan a entidades públicas que sean ejemplos a seguir, para seguir así con su mensaje esperanzador.

La fe que parece demostrar ésta marca es impasible. Quizás sólo se trate de una estrategia de marketing, o quizás realmente quieran buscar un resquicio de esperanza en una sociedad que actualmente está siendo destruida desde sus cimientos. Sea como sea, la imagen de los políticos está tan dañada que poco pueden hacer por ellos. Aunque, eso sí, el intento seguro queda como recuerdo.
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